13 de juny del 2016

¿QUÉ SE ESTÁ MOVIENDO EN EL SÁHARA OCCIDENTAL? UNA PROPUESTA CONCRETA PARA LAS CIUDADES DEL CAMBIO, LA CUP Y LA IZQUIERDA

[Articulo publicado en la revista digital EL CRÍTIC. Podeis leer el original aquí]


Xulio Ferreiro, Ada Colau y Manuela Carmena / AHORA EN COMÚN
Cuando hablas con los saharauis y les preguntas quien tiene la llave para solucionar la ocupación que sufre su país por parte de Marruecos, la respuesta te deja atónito. Todos coinciden en que la solución a su problema está en manos del Estado español. La primera vez que lo escuché, no me lo podía creer, porque se que en España nadie lo tiene presente y que tratamos el Sáhara Occidental de una manera tan alejada como con Palestina o el Kurdistán. En cambio, en este conflicto estamos directamente involucrados según la legislación internacional como "potencia colonial administradora".

Posiblemente lo que nos pasa es que el lío con esta ex colonia, conocida entonces como la provincia 53, es debido al franquismo y queremos ver aquel oscuro período como de otra época. Una época que más bien queremos olvidar. Pero esto no nos esgrime de la responsabilidad de lo ocurrido ni de la responsabilidad de formar parte de la solución.


En la misma línea, desde Cataluña, podemos tener la tentación de pensar que es un problema español y querernos sentir al margen, pero por nuestro pasado común y, sobre todo, mientras seguimos siendo parte de ese Estado, tenemos el derecho y el deber de exigir que las instituciones que pagamos contribuyan a resolver este problema.


Y el problema ha sido que el PP, el PSOE y CiU han apoyado inequívocamente a Marruecos, debido a los intereses económicos de empresarios instalados en el país vecino, por la pugna con Ceuta y Melilla, y por la importancia del reino aluita en el control de la inmigración y la supuesta contención del terrorismo. Pero los nuevos partidos que están surgiendo y que quieren revertir lo que hizo el franquismo, también deben contribuir a revertir el daño que el franquismo causó fuera de nuestras fronteras.


Y viendo que el Estado español no ha tomado una postura en este conflicto durante los últimos 40 años, ¿podrían las 'Ciudades del Cambio' (Barcelona, ​​Madrid, Cádiz, Valencia, A Coruña, Badalona, ​​Berga, etc...) reconocer oficialmente el Sáhara Occidental como país?


Sería un ejemplo más de lo que el municipalismo puede adelantarse respecto a lo que estatalmente no se aborda todavía. El hecho de que las ciudades más importantes del Estado, como son Madrid, Barcelona y las que se sumaran, reconocieran el Sáhara Occidental provocaría un terremoto internacional de dimensiones colosales en la línea del derecho internacional y del respeto de los Derechos Humanos, y pondría en cuestión la posición de Marruecos. Al mismo tiempo, Marruecos no podría castigar estas ciudades como sí podría castigar una cobarde España que se ha dejado amenazar una y otra vez. 


El Sáhara Occidental, un conflicto olvidado

Campamentos saharauis / Foto: José Yeray Martin Perdomo
Haciendo un breve repaso histórico para despistados, a la muerte de Franco y viendo que, tarde o temprano habría que descolonizar el Sáhara Español en consonancia con el movimiento continental, España entregó el territorio y la población a Marruecos y Mauritania. Para que entendamos la gravedad del acto podemos hacer un paralelismo: Imagínese una hipotética situación en la que España, harta del independentismo catalán y viendo que acabará perdiendo el territorio, decide entregar Cataluña a Francia a cambio de algunas contrapartidas. Por mucho que Cataluña esté dentro de España, esto no faculta al Estado para poder entregar el territorio y sus habitantes sin consultar a la población afectada. Pues España hizo lo mismo con el Sáhara Occidental, entregarlo sin su consentimiento a otros países. Esta acción fue ilegal y contraria a las leyes internacionales, y de ahí que el Sáhara Occidental aún dependa legalmente de España y ningún país del mundo no haya reconocido la soberanía de Marruecos sobre el territorio.

Esto llevó los saharauis a una guerra en legítima defensa contra Mauritania y Marruecos. Cinco años después, Mauritania se retiró, y la guerra continuó con Marruecos hasta cumplir 16 años. A instancias de Marruecos que estaba perdiendo, Francia, EEUU y la comunidad internacional presionaron los dos países para que se firmara un alto al fuego con la promesa de un referéndum de autodeterminación. 24 años después, el referéndum, obstaculizado constantemente por Marruecos, aunque no se ha podido celebrar. ¿Conocéis alguna población con más paciencia que los saharauis?


Pero todo tiene un límite, y tras 40 años de ocupación, tanto la población de los territorios ocupados como la de los campos de refugiados en Argelia, quieren volver a la guerra porque sienten que Marruecos, España, Francia, EEUU y la ONU les están tomando el pelo. Saben que una guerra será una carnicería, pero no quieren aceptar la actual situación de subordinación y marginación total. De momento el Frente Polisario, representante político de los saharauis, sigue apostando por una solución negociada, pero cada vez le es más difícil contener los que llaman a tomar las armas.


Y es que, en su propia tierra, unos 150.000 saharauis viven en la pobreza, reprimidos políticamente y discriminados laboral y socialmente, conviviendo con unos 400.000 marroquíes que el régimen ha hecho venir ofreciéndoles buenos sueldos y viviendas en las mejores tierras (160.000 los cuales son cuerpos de seguridad y fuerzas armadas). También, otros 150.000 saharauis escaparon del empleo y bombardeos marroquíes y viven en los campos de refugiados en Argelia en condiciones climáticas durísimas. Y todo esto sucede mientras Marruecos extrae del Sahara Occidental todo lo que puede (fosfatos, pesca,...). Además, Marruecos intenta ocultar lo que hace en el territorio y los periodistas, las ONG y los observadores de Derechos Humanos no pueden entrar libremente en la zona y son expulsados ​​cuando lo hacen, acusados ​​de injerencia política. 


Algo se está moviendo en el Sahara

Protesta saharaui dispersada por la policia marroquie / EQUIPE MEDIA
Últimamente las cosas se están moviendo bastante. Hace unas semanas conocimos la trágica muerte de Brahim Saika. Como a  los saharauis se les margina laboralmente en su propia tierra, han surgido Coordinadoras de Licenciados Saharauis Desempleados. En enero hubo numerosas huelgas de hambre de licenciados saharauis en paro. Brahim Saika, un licenciado en sociología y dirigente de la Coordinadora fue detenido arbitrariamente el 1 de abril en Gulemin, a la salida de su casa, cuando se dirigía a realizar una protesta pacífica de denuncia de la situación. Fue torturado durante horas y decidió comenzar una huelga de hambre en rechazo a lo que le estaban haciendo, que era la repetición de lo que ya le había pasado en 2008 cuando lo detuvieron mientras era estudiante en la Universidad de Marrakesh. El 6 de abril, fue ingresado en el Hospital de Gulemin porque empeoró mucho su salud. Desde el primer día lo tuvieron esposado en la cama a pesar de su estado de salud y no se le atendió adecuadamente. Lo que provocó que 10 días después muriera. El Hospital se ha negado a hacer la autopsia que reclama la familia para saber las causas de la muerte después de 16 días de torturas y dejadez médica.

Es un caso más de los que sufre el pueblo saharaui. Por desgracia la muerte de Brahim Saika ha pasado muy desapercibida en la prensa internacional, aunque sí fue recordado por los suyos en manifestaciones masivas en el Sáhara ocupado. Y como duele que se ignore la muerte de un activista: ¡Va por ti Brahim Saika! ¡Este artículo es fruto de tu valentía, determinación y testigo!


Tampoco fue noticia la huelga de hambre de un mes de 13 presos saharauis, que protestaban contra las condenas por haber participado en el campamento de Gdeim Izik, que agrupó a 20.000 saharauis reclamando sus derechos. ¡Tienen condenas, que van desde los 20 años hasta la cadena perpetua, por haber participado en un campamento al estilo de las acampadas indignadas del movimiento 15M!


En cambio, sí fue noticia, que el 10 de diciembre, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea hizo caso a la demanda del Frente Polisario y anuló el acuerdo de libre comercio entre la UE y Marruecos en materia agrícola y pesquera, por no excluir el territorio del Sáhara Occidental del acuerdo y, de este modo, violar potencialmente los derechos de los saharauis.


Y también fue noticia, por su notoriedad diplomática, que recientemente el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, en una gira por la zona para intentar reactivar el proceso de paz con el referéndum, no fue recibido por el monarca marroquí Mohamed VI, en clara discordancia con sus intenciones, alegando excusas de agenda. Y también fue noticia la airada reacción de Rabat, en su línea habitual, cuando en la visita de Ban Ki Moon a los campos de refugiados saharauis en Argelia, donde está el gobierno saharaui en el exilio, se refirió a la situación del Sáhara Occidental con la palabra 'ocupación'. Marruecos hizo retirar la Minurso, la Misión de la ONU encargada de preparar el referéndum, y canceló sus contribuciones económicas a la ONU.


El Polisario expuso meridianamente que la expulsión de la Minurso representaba una declaración de guerra por parte de Marruecos porque estos 24 años de espera se han sustentado sobre la esperanza del referéndum pero que, abatida esta esperanza, nada podría evitar la guerra.


Y ante el vencimiento de la misión de la Minurso el 30 de abril, el Consejo de Seguridad de la ONU ha obviado el debate y ha prolongado un año más la misión fantasma de la Minurso, sin afrontar el hecho de que la acción unitaleral de desafío de Marruecos debería hacer cambiar los términos de la Misión si no quiere ser papel mojado. Tampoco se abordó la recurrente petición, sistemáticamente bloqueada por Francia, amiga de Marruecos, referente a que la Misión, como todas las otras misiones de la ONU, debería monitorizar el respeto de los Derechos Humanos en el territorio en conflicto. Por eso Venezuela y Uruguay votaron en contra de esta prolongación, Rusia, Nueva Zelanda y Angola se abstuvieron por no verlo claro y, en cambio, España, Francia, EEUU, el Reino Unido y China votaron a favor.


Por ello, cuando se le preguntó al representante del Frente Polisario en la ONU, Ahmed Bujari, sobre el voto del Grupo de Amigos del Sahara Occidental (Francia, España, EEUU, el Reino Unido y Rusia), agradeció la abstención de Rusia y acto seguido se preguntó en voz alta: "¿Grupo de Amigos de qué?", ​​debido a que sistemáticamente están tomando partido a favor de Marruecos y abogó por disolver este falso Grupo de Amigos.


Dentro de un año habrá que abordar de nuevo el tema. De momento Venezuela, Angola, Uruguay y Nueva Zelanda están exigiendo que se resuelva el conflicto permitiendo la libre autodeterminación de los saharauis. Parece que Estados Unidos también quiere mover ficha, pero no está claro si se enfrentará a Marruecos. Por el momento el gobierno de Obama ya abogó en la línea de que la Minurso debía vigilar el respeto de los Derechos Humanos, lo que enfadó mucho a los marroquíes. Ante todo esto: ¿Cuál será el papel de Francia, con poder de veto y eterna protectora de los crímenes de Marruecos? Y, sobre todo, ¿cuál será el papel clave de España, potencia colonial vigente? ¿Seguirá escondiéndose entre los otros países como si no tuviera un papel preeminente?


Después de 40 años parece que las cosas pueden empezar a cambiar, pero hace falta compromiso político respecto a los Derechos Civiles de los pueblos y respecto a los derechos humanos de un pueblo ocupado, marginado y reprimido. Es decir, no basta con ayudar humanitariamente a los refugiados saharauis que llevan 40 años esperando en el desierto de Argelia, hay un compromiso político para que se resuelva la cuestión y puedan volver a casa.


Aquí es donde creo que Los Comunes, la CUP y todas las fuerzas de izquierdas pueden asumir un papel muy relevante con valentía y determinación. A falta de poder hacer el paso a nivel del Estado español, los municipios conquistados por la izquierda pueden hacer Historia activando y catalizando un viraje necesario a nivel internacional. ¡Municipios para el mundo!



Jordi Oriola es realizador audiovisual y articulista. Próximamente verá la luz su último documental que tratará sobre el Sáhara Occidental, y que estará disponible en: www.transformafilms.org


(Carta 457)

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